viernes, 29 de mayo de 2009

Bienvenidos al sacrificio

Estos últimos días leí mucho de Edgar Allan Poe y su discípulo H. P. Lovecraft; salí al patio de mi casa solo a fumar algún cigarro y a mirar los árboles, luego entraba a mi habitación a olvidar amores truncos y a continuar con mis lecturas.

Alguna noche intercalé algún vaso de vino con las lecturas y se agudizó mi perspicacia.
Me identifiqué con cuentos de Poe como "El Gato Negro" y "Guillermo Wilson";
tan metido en estas lecturas me encontré que, casi perdido en la penumbra de las tardes de otoño, olvidé mi vida social y mi antiguo pleito de confusiones y desaciertos.

Espero que este camino de lecturas misteriosas (pero agudas) y de salidas breves (y reconfortantes) sea el elíxir que mi cuerpo necesita para no cometer más tropiezos.
Quiero que este sea un buen comienzo, sin vanaglorias ni especulaciones.

Los espero, los llevo.


Julián.

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