domingo, 31 de mayo de 2009

Ratas y murcielagos

Esta noche hay cacería. La luna llena se asoma detrás de las nubes. Hace frío y las zonas hostiles no esperan que yo vuelva nunca más, duermen sin frazada.
Esta noche delimito mi territorio. No esperen que nada sea igual. Declaro mi independencia, mi libertad depende de mis pasos. No crean que no los estoy mirando.
A mis amigos los tengo cerca, a mis enemigos los tengo más cerca aún.

sábado, 30 de mayo de 2009

Novia del invierno en un infierno

Novia del invierno, chica de un paseo, nena de ayer, Maria Magdalena de mi Cristo interior.

Novia del infierno, nena de fuego, chica tonta que sabe conquistar por los ojos y patear estómagos.

Sábado de lluvia desde las sombras

Hola gente. Hoy salí por la tarde a caminar bajo la lluvia de fines de otoño que me acompañó hasta mi trabajo. Pasaré la noche en vigilia, haciendo que las horas se transformen en dinero, sin la intención facinerosa, ante la mirada del jefe invisible y con las vendas bien ajustadas.

Esta es una de esas noches en las que el corazón parece no sangrar más, y el tiempo me dice que ya hay cicatríz sobre la llaga, un nuevo tatuaje que escribe sobre mi pecho con letras de nostalgia y soledad.

Si di algún paso en falso seguro ya habré aprendido.

viernes, 29 de mayo de 2009

Bienvenidos al sacrificio

Estos últimos días leí mucho de Edgar Allan Poe y su discípulo H. P. Lovecraft; salí al patio de mi casa solo a fumar algún cigarro y a mirar los árboles, luego entraba a mi habitación a olvidar amores truncos y a continuar con mis lecturas.

Alguna noche intercalé algún vaso de vino con las lecturas y se agudizó mi perspicacia.
Me identifiqué con cuentos de Poe como "El Gato Negro" y "Guillermo Wilson";
tan metido en estas lecturas me encontré que, casi perdido en la penumbra de las tardes de otoño, olvidé mi vida social y mi antiguo pleito de confusiones y desaciertos.

Espero que este camino de lecturas misteriosas (pero agudas) y de salidas breves (y reconfortantes) sea el elíxir que mi cuerpo necesita para no cometer más tropiezos.
Quiero que este sea un buen comienzo, sin vanaglorias ni especulaciones.

Los espero, los llevo.


Julián.